Todo ocurrió para que tú nacieras

«Felicidad de padres». Obra de Jean-Eugène Buland (1852-1926).



TODO OCURRIÓ PARA QUE TÚ NACIERAS

Por Miguel D´Ors (1946-)


Para tu sola vida cuántas vidas

hicieron falta... Piensa las alcobas, las fiestas,

las guerras, las ciudades,

todo lo que es tu ayer secretamente,

la confabulación milenaria que hizo

que tú fueras.

Tu padre —Teruel, Brunete, el Ebro...—

leyendo en la trinchera

hexámetros desbaratados por el fuego

de mortero, tu abuelo por las arduas

alturas de Cerdedo o Pedamúa

con un morral convulso de perdices,

tu bisabuelo en una atardecida

melodiosa de Cuba, mirando el mar Caribe

pero viendo la dolça Catalunya,

«Ferro Velho» posando para un daguerrotipo

con leontina y sombrero y paraguas y puro,

y los Peix, los Vidal, los Estévez, los Orge,

los Pérez, los Rovira..., todos, con sus oficios,

sus barbas, sus mujeres

y sus males, desvaneciéndose en el tiempo,

en la fosa común del olvido... Y avanza,

adéntrate en la niebla de los siglos,

suponte un peregrino

adivinando Astorga allá en la madrugada,

imagínate un moro que, herido, ve alejarse

la fiera polvareda de su hueste,

mira un hombre que extiende en una roca

la fétida pelleja de una loba,

mira los centuriones rutilantes

en torno a la fogata, y Aníbal y Cartago,

y la mujer sangrienta que jadea

pariendo en un brazado de helechos, y el hirsuto

pintor de renos y uros que cambia por seis hachas

medianas una hembra... y todo lo que tuvo

que suceder para que tú nacieras

desde que aquellas Manos amasaron

el limo primigenio. Modelado

también para que de él esta mañana 

brotara este poema.


Comentarios