Natividad: un retablo

«Natividad». Obra de Cecily Mary Barker (1895-1973)
 






A partir de hoy y hasta que finalice el tiempo de Navidad (tradicionalmente, hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria), iré publicando, sin orden ni cadencia, poemas de tema navideño. Espero que sean de su gusto y disfruten de ellos como yo lo hago. 






NATIVIDAD: UN RETABLO


Denise Levertov

(1923-1997)



Los Reyes Magos aún están en el camino, buscando;

sus coronas y regalos guardados en las alforjas.


Los pastores aún duermen en la colina, sus gorros

de lana bien calados, su hoguera casi extinta.


Son los animales asombrados, el buey y el asno, no acostumbrados

a la compañía humana tras el ocaso, quienes presencian,


a solas con María y José, el nacimiento; quienes oyen

el llanto, el primer llanto


del aliento terrenal aspirado por los pulmones recién nacidos

de Dios.


Y se corta el cordón, y los pastores

en ese mismo instante se han ponen en pie


bajo una lluvia dorada de ángeles, aterrados, luego

rebosantes de gozo. Bajan al trote colina abajo hasta el establo


para ver a su Redentor. Una nube de

música celestial los envuelve.


Los Reyes Magos

aún están lejos, solos en el camino con la estrella.


Pero el buey y el asno

ya están de rodillas, los más antiguos amigos de la Familia,


bajo el resplandor que alumbra el establo, la paja,

sus ojos y los ojos humanos — un resplandor


que no emana de ninguna fuente sino del mismo Niño recién nacido.

   

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