«Natividad». Obra de Heinrich Lefler (1863-1919). |
GLORIA IN PROFUNDIS
G. K. Chesterton
(1874-1936)
Ha caído sobre la tierra, como una señal,
Un dios demasiado grande para el cielo.
Ha irrumpido de todas las cosas y roto
Los límites de la eternidad:
En medio del tiempo y la tierra finita
Se ha extraviado como un ladrón o un amante,
Pues el vino del mundo rebosa,
Derramando su esplendor sobre la arena.
¿Quién es orgulloso cuando los cielos son humildes?
¿Quién se eleva si las montañas caen,
Si las estrellas fijas se derrumban
Y un diluvio de amor todo lo ahoga?
¿Quién levanta su cabeza por una corona?,
¿Quién sostiene su voluntad por una promesa?,
¿Quién lucha con el torrente estrellado,
cuando todo lo bueno se quiebra?
Por temor a tal caída y fracaso
Los ángeles caídos cayeron
Invertidos en insolencia, escalando
La montaña colgante del infierno:
Pero sin medida de plomada y vara
Demasiado profundo es para su ojos,
Pues mayor que la caída del hombre
es la altura de la caída de Dios.
Gloria a Dios en lo más hondo,
Torrente de estrellas en avalancha,
Donde el rayo se cree el más lento
Y el relámpago teme llegar tarde:
Mientras los hombres se sumergen en busca de la hundida gema.
Persiguiéndola, cazándola, acosándola:
La estrella caída la ha encontrado en la cueva de Belén.
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