El pecado de omisión

«Recuerdos». Obra de Walter Langley (1852-1922).

 




EL PECADO DE OMISIÓN

Margaret E. Sangster (1838-1912)


No es lo que haces, querido;

Es aquello que dejas sin hacer,

Lo que te da un poco de congoja

Al ponerse el sol.


La tierna palabra olvidada,

La carta que no escribiste,

Las flores que no enviaste, querido,

son tus fantasmas esta noche.


La piedra que podrías haber apartado

del camino de tu hermano,

El consejo alentador

que fuiste remiso a dar;


Esa caricia afectuosa, querido,

Esa palabra amorosa,

en la que nunca pensaste,

ocupado como estabas con tus propias cuitas.


Pequeños actos de bondad,

Que con facilidad se evaden;

La ocasión de ser ángeles

Que a cada uno aguarda,


Vienen en la noche, en silencio,

Como fríos y recriminadores espectros,

Cuando la esperanza es débil y flaquea

Y una sombra se abate sobre la fe.


Porque la vida es demasiado corta, querido,

y el dolor demasiado grande;

Para sufrir una compasión lenta

Que siempre se retrasa;


Y no es lo que haces, querido,

es lo que dejas sin hacer,

aquello que te aflige

Al ponerse el sol.


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