Te doy gracias, Señor

                                            «El Monte Civetta desde el lago Alleghe». Obra de Elijah Walton (1832-1880).



TE DOY GRACIAS SEÑOR

e. e. Cummings


Te doy gracias Señor

por este día, más que asombroso,

por el espíritu que se mueve verdeando entre los

 árboles,

y por todo aquello que es natural, 

que es infinito, que simplemente es

(yo que estaba muerto, de nuevo estoy vivo,

y éste es el nacimiento del sol,

éste es un alumbramiento de vida, de amor, de alas y

 de ese alegre suceso que es ser

tierra ilimitadamente).

¿Cómo podría un simple ser humano

–alzado desde ese no,

de la nada absoluta,

que le gusta tocar, ver, oír, respirar–,

dudar de tu inimaginable existencia?

(Ahora los oídos de mis oídos están despiertos,

y ahora los ojos de mis ojos están abiertos).





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