Como un padre que enseña a nadar a su hijo

                                               Detalle de la creación de Adán. Capilla Sixtina. Miguel Angel (1475-1564).


COMO UN PADRE QUE ENSEÑA A NADAR A SU HIJO

Por Charles Péguy (1873-1914)


Como un padre que enseña a nadar a su hijo

en la corriente del río

y que esta dividido entre dos sentimientos.

Pues por una parte si le sostiene siempre y si le sostiene demasiado

el niño se confiará y nunca aprenderá a nadar.

Pero por otra, si no le sostiene en el momento justo

ese niño beberá un mal trago.

Así yo, cuando les enseño a nadar en sus pruebas

también estoy dividido entre esos dos sentimientos.

Pues si los sostengo siempre y si los sostengo demasiado

nunca sabrán nadar ellos solos.

Pero si no los sostengo en el momento justo

esos pobres hijos quizás beban un mal trago.

En eso está la dificultad, que no es pequeña.

Y esa es la duplicidad incluso la doble cara del problema.

Por una parte es preciso que consigan la salvación por si solos. Es la regla.

Y regla formal.

De otro modo no sería interesante. No serían hombres.

Además quiero que sean viriles, que sean hombres y que ganen ellos mismos

sus espuelas de caballeros.

Por otra parte, no deben dar un mal trago

tras sumergirse en la ingratitud del pecado.

Tal es el misterio de la libertad del hombre dice Dios,

y de mi gobierno de él y de su libertad.

Si lo sostengo demasiado, ya no es libre

y si no lo sostengo lo suficiente, se cae.

Si lo sostengo demasiado, expongo su libertad,

si no lo sostengo lo suficiente, expongo su salvación:

Dos bienes desde cierto punto de vista casi igualmente preciosos.

Pues esa salvación tiene un precio infinito.

Pero qué sería una salvación que no fuese libre.

 



Comentarios