La parábola del viejo y el jóven

Gaseados. Obra de John Singer Sargent (1856-1925).





LA PARÁBOLA DEL VIEJO Y EL JOVEN

por Wilfred Owen (1893-1918)


Así Abraham se levantó, y cortó la leña, y partió,
y tomó consigo el fuego, y un cuchillo.
Y mientras ambos permanecían juntos,
Isaac ––el primogénito–– habló y dijo: 
«Padre mío, he aquí los preparativos, fierro y fuego,
pero ¿dónde el cordero para el holocausto?» 
Entonces Abraham amarró al joven con cintos y correajes, 
y construyó allí parapetos y trincheras,
y alzó el cuchillo para sacrificar a su hijo. 
Cuando hete aquí que un ángel lo increpó desde el cielo, diciendo: 
«No le pongáis la mano encima al muchacho, 
ni le causéis mal alguno a vuestro hijo.
¡Mirad! Preso en un matorral por los cuernos: un carnero.
Ofreced el Carnero del Orgullo en su lugar».

Pero el viejo no quiso y sacrificó a su hijo,
y a la mitad de la simiente de Europa, uno a uno.

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